Fecha de actualizacion: Miércoles 08/05/2025

 

 

COACHING: HACIA UNA CULTURA INTERDEPENDIENTE Y DE ALTO RENDIMIENTO

“Integrando nuevas herramientas para lograr mejores resultados”

 

En el ámbito de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) en el Perú, se evidencia que, pese a los múltiples esfuerzos realizados por empresas, trabajadores, especialistas y el propio Estado mediante campañas, capacitaciones y programas preventivos, los indicadores de accidentabilidad no presentan una disminución sostenida. Esta realidad refleja una brecha entre las acciones ejecutadas y los resultados esperados, lo que exige replantear las estrategias tradicionales utilizadas. Es necesario adoptar enfoques más profundos que vayan más allá de la mera transmisión de información, fomentando cambios reales en los comportamientos y actitudes. En este contexto, el coaching se presenta como una metodología poderosa que permite desarrollar conciencia, responsabilidad y compromiso en los trabajadores. A través de un acompañamiento reflexivo, el coaching facilita la adopción de conductas más seguras y sostenibles. Su enfoque centrado en la persona genera espacios de aprendizaje activo, diálogo horizontal y motivación interna. Implementarlo puede marcar el inicio de una transformación cultural real en las organizaciones.

1. Las acciones tradicionales no garantizan un cambio sostenible

Las acciones tradicionales como campañas de sensibilización, talleres formativos y actividades lúdicas, si bien generan un impacto inicial positivo en los trabajadores, no logran sostener dicho efecto en el tiempo. Esto se debe a que muchas de estas intervenciones carecen de un proceso estructurado de seguimiento y retroalimentación que consolide lo aprendido y permita medir su verdadero impacto. Además, suelen centrarse en la transmisión unidireccional de información, sin abordar de forma profunda el cambio de actitudes, comportamientos y hábitos que sostienen la cultura organizacional. Al no fomentar una participación activa ni el compromiso individual y colectivo, su influencia se diluye rápidamente. Para lograr una cultura de seguridad sólida y sostenible, se requiere un enfoque más integral, dinámico y transformador.

2. Es necesario cerrar la brecha con un enfoque horizontal y participativo

Cerrar la brecha en la formación en Seguridad y Salud en el Trabajo requiere abandonar el modelo tradicional vertical, donde el conocimiento se transmite de forma unidireccional y se privilegia la memorización por encima de la comprensión y la experiencia. Este enfoque limita la apropiación real del contenido y genera una baja transferencia al entorno laboral. Es fundamental migrar hacia metodologías que promuevan la participación activa, el diálogo horizontal, la confianza mutua y la reflexión individual y colectiva. Solo en ambientes donde los trabajadores se sienten escuchados, valorados y partícipes del proceso es posible generar aprendizajes significativos. Este enfoque favorece la interiorización de la información y facilita el desarrollo de comportamientos seguros y sostenibles, alineados con una cultura organizacional orientada a la prevención y la mejora continua.

3. El coaching como herramienta para transformar la cultura organizacional

Especialmente en contextos donde se requiere un cambio profundo y sostenible como el de la Seguridad y Salud en el Trabajo. A través de un proceso de acompañamiento individual o grupal, el coaching promueve el desarrollo de la conciencia, la responsabilidad personal y la acción comprometida. Su enfoque centrado en la persona permite que los colaboradores reflexionen sobre su situación actual, cuestionen creencias limitantes que obstaculizan su crecimiento y reconozcan los recursos internos y externos con los que cuentan. Además, facilita la definición clara de objetivos alineados con los valores organizacionales y promueve la asunción voluntaria de compromisos reales. Este proceso no solo moviliza a las personas hacia un cambio de conducta, sino que también fortalece su sentido de propósito y pertenencia. Aplicado estratégicamente, el coaching contribuye a construir una cultura organizacional más madura, colaborativa y orientada a la mejora continua, donde la seguridad y el bienestar se integran como pilares del desempeño sostenible.

4. El modelo GROW: estructura para el crecimiento y la acción

El modelo GROW (Goal, Reality, Options, Will) constituye una herramienta estructurada, secuencial y adaptable que guía de forma efectiva los procesos de coaching hacia el logro de resultados concretos. Su fortaleza radica en permitir al coachee clarificar objetivos específicos y alcanzables bajo el enfoque SMART, analizar objetivamente su situación actual, identificar múltiples alternativas viables y comprometerse con acciones claras y medibles. Esta metodología estimula la reflexión profunda, el pensamiento estratégico y el empoderamiento personal, facilitando la transición del diagnóstico a la acción. Su aplicabilidad en contextos organizacionales diversos incluidos programas de seguridad laboral permiten integrar conversaciones significativas en actividades cotidianas como reuniones, capacitaciones o evaluaciones. Así, el modelo GROW no solo impulsa el desarrollo individual, sino que también fortalece la cultura de responsabilidad y mejora continua dentro de los equipos de trabajo.

5. Las preguntas poderosas: activadoras de conciencia y responsabilidad

Las preguntas poderosas constituyen uno de los pilares fundamentales del coaching, ya que facilitan procesos de reflexión profunda y activación del aprendizaje consciente. A diferencia de las órdenes directas o advertencias que predominan en entornos laborales tradicionales, estas preguntas abiertas invitan al colaborador a explorar su propia experiencia, evaluar sus decisiones y conectar con sus motivaciones internas. Al ser formuladas sin juicio y desde la curiosidad genuina, estimulan el pensamiento crítico y generan un espacio de diálogo donde el trabajador puede identificar oportunidades de mejora y tomar decisiones con mayor claridad. Este tipo de intervención promueve la asunción voluntaria de responsabilidad, incrementando el nivel de compromiso, autonomía y desempeño sostenible. Además, fortalece la relación entre líderes y equipos, al transformar la comunicación en una herramienta de desarrollo mutuo.

6. La escucha activa y la observación: habilidades clave para liderar desde la empatía

La escucha activa y la observación son competencias esenciales para liderar con empatía y efectividad dentro de los procesos de coaching. Escuchar activamente implica no solo oír las palabras del interlocutor, sino también percibir su tono, ritmo y emociones subyacentes, mientras que la escucha empática requiere conectar con la experiencia del otro desde una presencia auténtica y sin juicios. Complementariamente, la observación del lenguaje no verbal, gestos, posturas, miradas, silencios permite al coach o líder captar señales sutiles que muchas veces revelan más que el discurso verbal. Al integrar estas habilidades, se genera un espacio de confianza profunda que favorece el diálogo genuino, la validación emocional y la apertura al cambio. Este enfoque fortalece las relaciones laborales y potencia procesos de desarrollo personal y colectivo más efectivos y sostenibles.

7. Aplicación práctica del coaching en el entorno laboral

La aplicación práctica del coaching en el entorno laboral ofrece una valiosa oportunidad para resignificar actividades cotidianas como inducciones, capacitaciones, inspecciones, observaciones de tareas y programas de seguridad basada en el comportamiento. Al incorporar principios y herramientas del coaching como la escucha activa, las preguntas poderosas y la reflexión guiada, en estos espacios, se transforma lo que usualmente es una experiencia rutinaria o meramente informativa en una instancia de aprendizaje significativo. Esta integración transversal fomenta el desarrollo de la conciencia individual y colectiva, fortalece la responsabilidad y promueve cambios sostenibles en la actitud y comportamiento de los trabajadores. Así, se convierte en una herramienta estratégica para consolidar una cultura organizacional más segura, participativa y orientada al crecimiento continuo.

8. Hacia una cultura interdependiente y de alto rendimiento

En un entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), donde los cambios son constantes y los desafíos exigen respuestas ágiles y conscientes, el coaching se posiciona como una herramienta clave para la evolución organizacional. Su enfoque centrado en el desarrollo humano y el aprendizaje profundo permite transitar desde culturas organizacionales dependientes o reactivas, donde se espera que otros asuman la responsabilidad hacia culturas interdependientes, caracterizadas por la colaboración, la corresponsabilidad y el empoderamiento colectivo. Este tipo de cultura promueve entornos de trabajo basados en la confianza, la transparencia y el compromiso con un propósito común, donde cada persona se siente parte activa del sistema. Además, el coaching fortalece habilidades como la autoobservación, la resiliencia y la comunicación efectiva, pilares fundamentales para alcanzar un alto rendimiento sostenido en el tiempo, con foco tanto en los resultados como en el bienestar de las personas.

Conclusión

El coaching no debe entenderse como una tendencia pasajera, sino como una metodología profundamente transformadora, basada en principios de conciencia, responsabilidad y acción efectiva. Su aplicación en el ámbito de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) representa una oportunidad concreta para ir más allá del cumplimiento normativo y avanzar hacia la construcción de una cultura sólida, sostenible y centrada en las personas. A través del coaching, se potencia el desarrollo del pensamiento crítico, la autogestión y el compromiso genuino de los trabajadores con su seguridad y la de sus compañeros. Este enfoque humanista, que valora el aprendizaje experiencial y la reflexión individual y colectiva, promueve entornos laborales más empáticos, colaborativos y resilientes. Adoptar el coaching en SST no solo contribuye a reducir la accidentabilidad, sino que también genera un impacto positivo en el clima organizacional y en la calidad de vida de cada colaborador, extendiéndose incluso a su esfera personal. Es, en definitiva, una inversión estratégica en el bienestar humano y en el alto rendimiento organizacional.

Autor: Nelson Ramos Torres

Facilitador-Coach-Consultor

NRT-KAIROS E.I.R.L.

https://coaching.nrt-kairos.com.pe/

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